martes, 8 de marzo de 2011

Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.


"Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija (un almud), sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. "Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.Soy Marta, una joven misionera vicentina, vivo en el sur de España y siempre que escucho estas palabras, me interpelan y me recuerdan una vez más la Misión que Dios quiere para mi vida, que no es otra que dar eso que me ha sido dado, no esconderlo ni guardarlo, sino darlo, y darlo desde lo que soy como persona compartiendo con los demás. Dios regala su luz y su sal a todo el que le abre el corazón, luz y sal que solo te hacen inmensamente feliz cuando lo compartes con los demás.

Y es este sentido de compartir lo que Dios me regala, el que hace que desde muy niña, sienta a Jesús de Nazaret como alguien que tenía algo que decir en mi vida, al cual voy conociendo en mi familia, en la escuela, la catequesis de JMV, con las Hijas de la Caridad…y a través de la figura de San Vicente de Paúl, el cual me descubre una cercanía y sensibilidad especial hacia los preferidos de Dios.

Todos somos cocientes de los dones que Dios nos ha regalado, son aquellos que llamamos cualidades y que si las ponemos al servicios de los demás pueden hacer mucho bien, y esta es la misión que Dios quiere para cada uno de nosotros y a la que yo me siento llamada, simplemente a compartir lo que soy.

Desde este descubrir y sentirme llamada, y compartiendo siempre desde la vida y la oración con mis hermanos, me lanzo a vivir una experiencia de misión fuera de España. Es desde la Asociación de Juventudes Marianas Vicentinas España donde me preparo, asistiendo a una formación concreta que se reparte en aprox. ocho sesiones durante un año. Juventudes Marianas Vicentinas España, facilita que generalmente en periodos de vacaciones, los jóvenes que así se sientan llamados puedan vivir una experiencia de misión fuera de España, en algunas de las Comunidades de Misión en las que ya trabajan Misioneros Laicos.

Es a partir de ahí y siendo enviada por mi comunidad de fe y desde la Asociación, llego a Sacaba para vivir una experiencia de seis meses de misión en la Comunidad de Misioneros Laicos Vicentinos, la cual trabaja directamente desde la Pastoral Social de San Pedro de Sacaba.

Mi experiencia de misión en Sacaba, ha sido sin duda un volver a encontrarme con Dios cara a cara, en el día a día, un Dios que vive y se hace presente en el sufrimiento y el gozo y que es capaz de dar sentido a lo que a veces desde los ojos humanos no lo encontramos. Ha sido un descubrir una cultura fuertemente marcada por la historia, que sin duda refleja que Dios vive en ellos y así lo sienten y comparten. El poder servir en los diferentes proyectos que se desarrollan desde la Pastoral, ha sido el gran regalo que me ha hecho una vez más, reafirmarme y redescubrir la grandeza del Dios de la vida que se hace hombre y que vive entre nosotros.

De vuelta a España, nada puede caer en saco roto, todo lo vivido, tiene que dar fruto, y sólo desde la oración y el saber escuchar lo que Dios nos pide a cada uno, es como preparamos el camino hacia una nueva misión, la de vivir cada día acorde a Jesús y su Evangelio.

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